Guía para padres y docentes: Trastornos afectivos y del comportamiento

10.01.2013 13:43

 

Basándonos  en la información adquirida en la asignatura y en la proporcionada en esta página web: https://www.nasponline.org/resources/translations/tantrums_spanish.aspx

Podemos ofrecer las siguientes orientaciones para padres y maestros:

• Recompense a los niños por su atención positiva en lugar de hacerlo por su atención negativa. Durante situaciones en las que estén propensos a tener rabietas, obsérvelos cuando se estén portando bien y haga declaraciones como: “Me alegro que estés compartiendo con tu amigo”.

• No pida a los niños que hagan algo cuando deben hacer lo que usted les pide. No pregunte: “¿Te gustaría comer algo ahora?” sino diga: “Es hora de cenar ahora”.

• Otorgue el control a los niños sobre cosas pequeñas, dándoles la posibilidad de elegir. Un poco de poder otorgado a un niño o niña puede retrasar las luchas de poder. “¿Qué quieres hacer primero: cepillarte los dientes o ponerte tus pijamas?”

• Mantenga los objetos prohibidos fuera de la vista de los niños, y por lo tanto fuera de sus mentes. En una actividad de arte, mantenga las tijeras fuera del alcance de los niños si no están todavía listos para usarlas sin peligro.

• Distraiga a los niños redirigiéndolos hacia otra actividad cuando tengan rabietas sobre algo que no deben hacer o tener. Diga: “Vamos a leer un libro juntos”.

• Cambie de ambiente, y por lo tanto aleje al niño de la fuente que crea el conflicto. Diga: “Vamos a una caminata”.

• Elija sus batallas. Enseñe a los niños cómo pedir algo sin tener una rabieta y luego cumpla con lo que ofreció. Diga: “Trata de pedir ese juguete educadamente, y te lo compraré”.

• Asegúrese de que los niños estén muy descansados y bien alimentados en situaciones donde hay la posibilidad de una rabieta. Diga: “La cena ya está casi lista, aquí tienes una galleta por ahora”.

• Evite el aburrimiento. Diga: “Has estado trabajando por un tiempo largo. Hagamos una pausa y divirtámonos un poco”.

• Cree un medio ambiente seguro que sus niños puedan explorar sin peligro. Haga que su hogar o salón de clases sea un lugar seguro que sus niños puedan explorar sin peligro.

• Aumente su nivel de tolerancia. ¿Está usted disponible para satisfacer las necesidades razonables de su niño o niña? Evalúe cuántas veces usted dice “no”. Evite pelear acerca de problemas sin importancia.

• Establezca rutinas y tradiciones que proporcionen estructura. Para los maestros, empiece la clase con unos momentos para compartir experiencias y déles la oportunidad de interactuar.

• Anuncie a los niños cuando una actividad esté llegando a su fin, para que puedan prepararse para la transición. Diga: “Cuando la alarma suene dentro de cinco minutos, será hora de apagar la televisión y de irse a acostar”.

• Cuando visiten nuevos lugares o a personas desconocidas, explique con anticipación, al niño o niña lo que debe esperar. Diga: “En el museo, no te separes de la persona asignada a guiar tu grupo”.

• Proporcione desafíos preacadémicos, de comportamiento y sociales que estén en el nivel de desarrollo del niño o niña, para que él o ella no se frustre.

• Mantenga el sentido del humor para desviar la atención del niño o niña y evite así una rabieta.

Intervención para padres y maestros

Hay un número de maneras de lidiar con una rabieta.Las estrategias incluyen las siguientes:

• Permanezca calmado y no discuta con el niño o niña. Antes de controlarlo a él o a ella, usted debe controlar su propio comportamiento. Pegarle o gritarle hará que empeore.

• Piense antes de actuar. Cuente hasta diez y después piense sobre la fuente de frustración del niño o niña, su respuesta temperamental característica al estrés (hiperactividad, distracción, mal humor), y los pasos característicos en el aumento de la rabieta.

• Trate de intervenir antes de que el niño o niña esté fuera de control. Agáchese al nivel de sus ojos y diga: “Estás empezando a acelerarte demasiado, cálmate”. Ahora usted tiene varias posibilidades de intervención.

• Usted puede distraer positivamente al niño o niña haciendo que enfoque su atención en algo más que sea una actividad aceptable. Por ejemplo, usted puede eliminar el objeto peligroso y reemplazarlo con un juguete apropiado para la edad del niño o niña.

• Usted puede indicarle al niño o niño que pase una cantidad de tiempo solo en un sitio silencioso, donde el niño vaya para calmarse, pensar en lo que él o ella necesita hacer, y con su ayuda, hacer un plan para cambiar su comportamiento.

• Usted puede ignorar la rabieta si está ocurriendo para captar su atención. Una vez que el niño o niña se haya calmado, déle la atención que deseaba.

• Sujete al niño o niña que está fuera de control y que se hará daño a sí mismo, o a alguien más. Infórmele que usted lo dejará ir en cuanto se calme. Asegúrele que todo estará bien y ayúdelo a calmarse. Los padres podrían necesitar abrazar al niño que está llorando, y decirles que siempre lo amarán sin importar nada más, pero que el comportamiento tiene que cambiar. Esta seguridad es reconfortante para un niño o niña que tiene miedo debido a que perdió el control.

• Si la rabieta del niño o niña ha llegado a un punto donde usted no puede intervenir de las maneras descritas previamente, entonces puede usted necesitar indicarle a su niño que pase un tiempo solo (ver “Recursos”). Si usted está en un lugar público, cargue a su niño y llévelo afuera o al carro.Infórmele a su niño que se regresarán a casa a menos que él o ella se calme. En la escuela, advierta a su niño hasta tres veces que es necesario calmarse y haga un recuerdo de la regla. Si él o ella se niega a obedecer, entonces indíquele el lugar en que pasará tiempo solo, por no más de un minuto por cada año que tenga el niño.

• Hable con su niño o niña después que se haya calmado. Cuando el niño deje de llorar, hable sobre la frustración que él o ella ha experimentado. De ser posible trate de ayudar a resolver el problema. En el futuro, enseñe al niño nuevas destrezas para ayudar a evitar las rabietas, como aprender a pedir ayuda de forma apropiada y dar una señal al padre o maestro que él o ella sabe que necesita “estar solo” para “parar, pensar y hacer un plan”. Enseñe al niño cómo tratar una manera más exitosa de interactuar con un compañero o hermano, cómo expresar sus sentimientos con palabras y cómo reconocer los sentimientos de otros sin pegar o gritar.

Manejo post-rabieta

• Nunca, bajo ninguna circunstancia, ceda ante una rabieta. Esa respuesta sólo aumentará el número y frecuencia de las rabietas.

• Explique al niño o niña que existen mejores maneras de obtener lo que desea.

• No recompense al niño o niña por haberse calmado después de una rabieta. Algunos niños aprenderán que una rabieta es una buena manera de obtener una recompensa después.

• Nunca deje que la rabieta interfiera con su relación por lo demás positiva con el niño o niña.

• Enseñe al niño o niña que la ira es un sentimiento que todos tenemos y luego enséñele maneras de expresar esa ira de manera constructiva.

Cuándo pedir ayuda:

Harrington, R comenta algunos consejos para padres. " Si, a pesar del uso de estas intervenciones, las rabietas aumentan en frecuencia, intensidad o duración, consulte con el médico de su niño. También debe consultar con el médico, si el niño se hace daño a sí mismo, le hace daño a otros, está deprimido, muestra poco amor propio o es demasiado dependiente de apoyo de un padre o de un maestro. El pediatra de su niño o el médico de la familia puede detectar problemas de audición o visión, enfermedades crónicas, o condiciones como el trastorno de Asperger, demoras en el habla o trastornos del aprendizaje, que pudieran estar contribuyendo a las rabietas de su niño que van en aumento. Su médico también lo puede referir o derivar a un profesional de salud mental que le puede proveer ayuda a usted y a su niño o niña."